marzo 31, 2008

LET'S GET ROCKED


En 1986, hace unos 22 años si no me equivoco, por alguna razón que desconozco llegó a mí un cassette donde entre otros 12 tracks venía incluída Sailing, cantada por Rod Stewart, con Elton John al piano, Eric Clapton en la guitarra y Phil Collins en la batería; long story short, me hice fan instantáneo del vocalista.

Tres años después en abril de 1989, Rod Stewart, fue el protagonista principal de lo que en México parecía imposible: un artista internacional aterrizaba con su gira y una producción de luces y sonido muy diferentes a las de Siempre en Domingo. Ese abril todas las personas a mi alrededor eran fans de toda la vida, todos contaban historias de cómo pretendían conseguir un boleto y todos los medios de comunicación dedicaban espacios y minutos y minutos a "la estrella británica del rock pesado".

Dos años después con un boleto de 50,000 pesos y con una organización donde ya no eran necesarios gases lacrimógenos y el ejército para contener a la muchachada, tuve la oportunidad de verlo desde un lugar que estaba a cientos de metros del escenario, en el que además fue mi primer concierto.

Anteayer, 63 años después de nacido, 45 años después de editado el primer disquito de 45 revoluciones donde apareció su voz junto a Long John Baldry, 22 años después de que lo escuché por primera vez, 19 años después de que vino a México a inagurar una era en la que nos convertimos en un referente para cualquier gira internacional chiquita o grande, popera o metalera, para chavos o para fans de Bob Dylan y 17 años después de que supe lo emocionante que era tener un boleto para un concierto de rock en las manos, volví a verlo y me emocioné como niño con los acordes de It's a Heartache de Bonnie Tyler, canción con la que abrió el show.

Hubo diferencias con la primera vez: esta vez estuve a no más de 15 metros; esta vez Rod no bailaba tanto; esta vez el cabello de mi frente no me cubría hasta los ojos, más bien se caía y esta vez Peluca estaba ahí con todo y su cámara fotográfica metida de contrabando. Pero algunas cosas no cambiaron: el punch y el repertorio no tuvieron igual (gracias a Dios por Baby Jane); el sonido de las liras, los golpes en los parches de la batería y la profundidad del bajo siguen metiéndose en mi sistema y toda la gente sigue preguntándome que si Rod no es muy viejo para que yo sea su fan. Por cierto, el amigo que me acompañó hace 17 años era fan de EMF, ¿got it?

A Rod le agradezco un gran concierto y le agradezco el haberme dado una juventud donde crecí con lyrics del tipo,"If you really need me and you think I'm sexy, c'mon honey tell me so" y no con lyrics del tipo, "Sometimes you just feel so old, the times it hurts when you cry".

Al final, algunos tipos si tenemos toda la suerte.

2 comentarios:

Mario dijo...

Muy chida tu reseña y comparto completamente contigo la sensacion de volverse a encontrar con un viejo complice; estuve en show de Stewart en Guadalajara en el 89, fue mi segundo concierto de rock, aunque fue el primero de esa talla, aun recuerdo el escenario con la chava literalmente "en pelotas" a los lados y el osote de Caifanes antes del show.

En realidad nunca fui fan de Stewart, asi que no me provoco volverlo a ver la semana pasada, pero respto mucho su carrera.

Saludos!

Cave Cane dijo...

Perdon pero...

y el barsa?????

es mas, tu que eres de closet...

y el america??????